martes, 16 de septiembre de 2014

Cambiar... ¿bueno o malo?

Mucha gente (incluido un servidor) tiene miedo al cambio. De dar un nuevo giro a su manera de actuar, de reinventar su bagaje con el que toma decisiones durante el día a día. Pero hay gente que sí se envalentonó a cambiar, y cuando lo ven desde otra perspectiva, no les entra en la cabeza por qué a algunos les cuesta tanto hacer un "cambio de rumbo". Creo que hay un par de razones por las que es tan difícil para ellos...

1.     Lo estático e inamovible ofrece seguridad. Estar dentro de esa especie de "zona segura" que pudo encontrar esa persona lo hace mantener quieto en un lugar que parece ser incuestionable para todo mortal. Se desentiende totalmente de los riesgos inevitables de la vida y se encierra en esa burbuja que lo mantiene aislado de cualquier peligro exterior.

2.     Exponerse a lo desconocido implica encontrar cosas que angustian. Se crean con frecuencia muchos “fantasmas” sobre lo que no se intenta conocer, creyendo que una nueva situación que rompe con su esquema actual puede ser sumamente hostil. La sola idea de tener que tolerar el paso de una situación así lo pone de cara con sus propios miedos, sus “demonios” a combatir. Termina eligiendo el conformismo y no trata de enfrentar esos temores con el fin de encontrar el valor para superarlos.

3.     Aquellas personas que intenten movilizarlo a un cambio, se las considerará hostiles. Es el mecanismo básico para mantener esta “homeostásis” en la cual se siente seguro. A fin de mantener a toda costa su rígida estructura, ahuyentará a toda persona que (accidental o deliberadamente) intente movilizarlo de su círculo seguro. Esto implica tomar todas las medidas que sean necesarias para defender su barricada: maltratos, denigraciones, humillaciones e insultos de todo tipo.

Esos tres puntos son los que, en mi opinión, hacen a una persona tan resistente a un cambio, quizá por tener la creencia de que el cambio en sí es “malo”, cuando en realidad son las decisiones de ese cambio las que deciden si fue para bien o para mal. Es un proceso, como en todo. E insisto en que son tus propias decisiones las que van a determinar el camino, no así tus habilidades o aptitudes (éstas van a estar SIEMPRE al servicio de tus decisiones).

Cambiar para bien implica que aquella persona tuvo un cambio de actitud el cual lo benefició en un mejoramiento de su propio bienestar, sentirse más pleno consigo mismo y, en consecuencia, haber aumentado su capacidad para disfrutar de la vida junto a otros.

Cambiar para mal implica que aquella persona lamentablemente tuvo un cambio de actitud peor del que tenía antes, y en consecuencia, su propio bienestar fue mermándose poco a poco hasta convertirse en un malestar tan intolerable que lo descarga hacia otros con el fin de complicarles la vida.

Las personas que con el tiempo cambian para mal, van a ir enfrascándose poco a poco en aquellos tres puntos anteriormente mencionados, con la certeza de que nada ni nadie los va a hacer cambiar de idea. Y esa clase de actitud suele alejar progresivamente a la gente, ya que suelen producir bastante rechazo. No hay nada que se pueda hacer con gente así.

El único remedio posible parecería que es el cachetazo que en algún momento le da la realidad a esa persona, cuando caiga en la cuenta de que, cual repelente, alejó a todos los que alguna vez estuvieron a su favor.
Para bien o para mal...
Nunca es tarde para el cambio...
Siempre hay una oportunidad...

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