viernes, 8 de septiembre de 2023

El voto bronca no es de ahora

Es un término que empezó a ponerse de moda con la abrupta llegada de Javier Milei, quien es el actual representante del voto bronca. Y digo actual porque esto no es cosa de ahora. La bronca, pienso yo, viene desde el primer momento que se volvió a la democracia y no paró desde entonces, extendiendose como un cáncer a practicamente todos los mandatos presidenciales hasta el día de hoy. 

Como habitante de este país y todo lo que he visto en relacion a la política argentina en mis cortos años de experiencia, creo sentirme en condiciones de explicar que es exactamente el voto bronca: es una expresión de odio, de venganza y de destrucción. Es borrar de la faz de la tierra algo sin importar qué fue bueno y qué fue malo: sólo importa que es de otra ideología y ahora debe imperar otra, nuevamente sin importar qué tenga de bueno y de malo. 

El voto bronca no busca consevar aspectos positivos que haya habido de un mandato anterior y corregir los aspectos negativos. Busca lo contrario: sin importar que haya aspectos positivos o negativos, se pretende una suerte de exilio a aquel "nefasto gobierno" que atentó contra todo el país, dando paso a un siguiente mandatario (una suerte de "salvador mesiánico") que pondrá orden a todo el país.

Esto que acabo de describir, ¿les suena solamente de un único gobieno o de VARIOS? ¿Cuantos otros por detrás de Milei se proclamaron en similares condiciones y luego terminamos como terminamos? ¿Cuántas veces escucharon decir a algun dirigente político, de cualquier partido, qué cosas buenas y malas cuando fue presidente? ¿Cuántos partidos politicos hicieron alguna autocrítica sobre ciertas decisiones o problemáticas que reultaron equivocadas? 

Todos los partidos políticos de este país son estupendos criticando a otros que sean contrarios a su ideología. Pero dejan mucho que desear en criticar sus propias falencias. E insisto, jamás en la vida vi que ninguno de ellos comenzara a hacerlo. La ecuación para ellos es muy simple: nosotros hacemos todo bien y ellos hacen todo mal. Si estás con nosotros está todo bien y si estás con ellos está todo mal.

Les escribo algunas situaciones (sin entrar mucho en los detalles) ya que mi punto es otro:
  • Cuando Alfonsín provocó la hiperinflación en los años '80 y tras el fracaso de Plan Austral, la bronca hizo que Menem logre llegar al poder proponiendo el plan de convertibilidad. 
  • Cuando llegamos al '99, tras dos mandatos consecutivos, la bronca hizo que le bajaran el pulgar a Menem y se lo levantaran a De La Rúa. Éste a su vez continuó sin hacer nada para revertir la situación y todo terminó con la crisis del 2001.
  • Tras el fin de la convertibilidad, Duhalde terminó los años restantes de gobierno hasta que ganó Nestor Kirchner. Luego de que le pasara el poder a Cristina Kirchner en 2007, la pelea por las retenciones del campo, su reelección en 2011, la famosa "grieta" entre anti-K y ultra-K totalmente definida y cada vez más grande, las interminables cadenas nacionales y (la frutillita del postre) la muerte de Nisman, terminaron de sentenciar una bronca renovada. Esta vez al mando de Mauricio Macri, que prometía un montón de cosas...
  • Año 2015: durante el gobierno de Macri, el primer mes se disparan las boletas de luz y gas. Llega el 2018: se dispara el dolar en mayo a $20 y en septiembre a $40. Todo está igual pero con más inflación. A Macri le bajan el pulgar y lo arrojan a los leones. Esta vez el salvador de turno es Alberto Fernandez.
  • En 2019 Alberto empieza con nada menos que el dolar disparado a $60. La pandemia en 2020 y 2021 con todo lo que eso conllevó. Durante este lapso comienza a llegar un nuevo salvador de turno, primero criticando a la "casta política", luego involucrándose en ella entrando al congreso y para terminar forma un equipo para candidatearse a presidente, proponiendo entre otras cosas la dolarización...
  • Finalmente llegamos al año que nos compete: 2023 y con un dólar paralelo a $750 (si es que no volvió a cambiar), millones de pobres y quien sabe cuántos más en situacion de desempleo o trabajo hiperprecario.
Ahora piensen en esto: ¿Hay algo que hayan visto en comun en todos los puntos que les acabo de mencionar? Simple: hay un circulo vicioso entre "villanos y salvadores". Los que hacen "todo mal" contra los que hacen "todo bien". Y en esto somos todos responsables: tanto los politicos que se aprovechan de esta dicotomía, como el resto del pueblo argentino (que por desgracia son mayorías) y se dejan influenciar por este tipo de discursos, llegando incluso a infectarse con esta díada tan perversa de que cuando nos conviene hicimos todo bien y cuando no nos conviene los malos son ellos.

Todo esto es lo que gira alrededor del famoso voto bronca. El 22 de octubre serán las votaciones definitvas (en caso de que no hubiera segunda vuelta, cuya fecha sería el 19 de noviembre). Hay un 30% de la población argentina que decidió no votar, y sólo importan tres fuerzas que quedaron prácticamente empatadas: Milei con 30%, Bullrich con 29% y Massa con 28%. La verdadera solución existe, pero no la tiene ninguno de estos tres ni ningun otro partido político. El problema es que ninguno quiere reconocerla: aceptar al otro en sus diferencias y acordar lo que sirve o no sirve en cada uno es la única manera de que en cada mandato se continúe lo que otro haya dejado. Hasta entonces, estamos condenados. 

En estas próximas elecciones puede suceder cualquier cosa, pero quien les escribe se hace una idea de lo que sucederá: seguiremos en la misma pobreza y en la misma bronca. La única diferencia será si eso lo queremos aderezado o con dólares, o con represión, o con planes sociales.